Oppenheimer

La película sobre el físico Robert Oppenheimer de Christopher Nolan habla de un momento bisagra de la historia del siglo XX. La situación de como finalizar la segunda guerra mundial. Los hechos son conocidos: Estados Unidos tiró 2 bombas atómicas sobre Japón (Hiroshima y Nagasaki), que ya estaba en camino de rendición, y eso le sirvió para posicionarse contra la Unión Soviética en el mundo de posguerra. La película trabaja bien el cambio de enemigo que se produce en el paso final de la presidencia de Roosevelt a la presidencia de Truman. El enemigo inicial nazi va dejando su lugar al enemigo comunista. Y se sobreentiende que el enemigo principal es el comunismo. Es famosa la disputa entre el departamento de Estado y la secretaría del tesoro sobre la reconstrucción de Alemania: el debate era reprimarizar (eliminar la industria) o reindustrializar para que no avance la URSS. Ganó la idea de que el enemigo principal era la URSS. Y esto se ve bien en la película en las intenciones del físico que al ser judío busca que el castigo se oriente a los nazis, pero esto no lo logra nunca. Le termina dando la bomba a un régimen que se va a ir transformando en un imperio, lejos de la ideas de libertad que pregonaban el grupo de físicos que se ponen a investigar la posibilidad de hacer este tipo de explosivos de amplio alcance para derrotar el nazismo en Europa.

¿Y por qué esto tiene que ver con nosotros? Por qué estamos viviendo un nuevo momento en América Latina y su relación con los Estados Unidos. El avance contra todas las posiciones comerciales y no comerciales chinas en América ya es un dato de la realidad y lo vemos en Argentina después de 20 años de desarrollo de un vínculo con la nueva superpotencia mundial comienza una etapa de retracción eligiendo como nuevo aliado a los Estados Unidos que ofrecen lo de siempre, ajuste, neoliberalismo, y la posibilidad de libre comercio que va a terminar con nuestros procesos de industrialización. Exportar lo rentable (la ventaja comparativa de David Ricardo) y luego vean como sobreviven, si sobreviven.

La película marca ese momento del pasaje de enemigo y la clara redirección de todas las acciones hacia una purga de cualquier cosa soviética. Hoy la redirección va hacia China (en mayor medida y luego a Rusia) en América Latina y otra vez a nuestros países les vuelve a achicar el margen de acción. Se trata nuevamente de una política de un imperio en decadencia, pero imperio al fin, que va a dar pelea por lo que considera su espacio natural, su patio trasero. Nuestro país cascoteado por una larga crisis económica dio inicio a esta posibilidad novedosa de retrotraer las políticas que se habían desarrollado con China. Esto lejos de beneficiarnos volverá a ser una política en una sola dirección que terminará amarrándonos y volverá al ciclo de crisis con endeudamiento que ya estamos habituados. La novedad de este momento es el desmantelamiento estatal brutal a través del ahorcamiento presupuestario que está puesto sobre la mesa. Como siempre el pueblo organizado será la única forma de frenar y proponer nuevos rumbos, que favorezcan a las grandes mayorías y pensemos otra vez en la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación.

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